Bitácora de Trabajo del Santuario Tsukuyomi. Escrito por: Micchan (alias)
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Mes de **, Día &&. Nublado y luego lluvioso.
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Una vez más, el clima ha sido deprimente desde la mañana.
Me he pasado todo el día dando vueltas, revisando a todos mis colegas del Santuario Tsukuyomi que habían sufrido heridas graves debido a los eventos del otro día.
Las heridas físicas podrían curarse con alteraciones u otras técnicas, pero las lesiones espirituales causadas por irregularidades eran mucho más serias y eran la razón por la que mis colegas todavía estaban postrados en cama.
Los únicos dos que quedaban ilesos eramos yo (al ser un poco especial) y el jefe de la familia, Tsukuyomi Ruza, quien era un espiritualista de inmenso poder. Además, he escuchado que al menos se le ha llamado genio y prodigio desde la infancia.
El jefe de la familia ha estado escondido debajo del kotatsu de nuestro apartamento desde la mañana, y no se ha movido en todo el día de esa posición.
A veces cambia el canal de la televisión o mastica una papita frita, o dice cosas como: “Ahhh, realmente no quiero trabajar…”
No tengo mucho que hacer, por lo que aproveché esta oportunidad para registrar las palabras del jefe de la familia.
Estadísticamente, las tres cosas que más dicen son “No quiero trabajar.”, “No quiero intentarlo,” y “Me quiero morir.”. De esas, él ha dicho “No quiero trabajar” 132 veces, “No quiero intentarlo” 1032 veces, y es imposible contar cuantas veces ha dicho “Me quiero morir”.
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Mes de **, Día %%. Una fuerte lluvia.
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Sigue lloviendo, por lo que es imposible lavar la ropa.
El jefe de la familia parece haberse dado cuenta de que he estado registrando sus palabras, y ha aparecido una mayor variedad en sus patrones de habla.
También ha comenzado a decir cosas como “Creo que las personas que se esfuerzan son unos perdedores.” y “Solo soy un humano, así que está bien si no me esfuerzo.”
Si eso fuera todo, habría podido ignorar todo esto como los desvaríos de un idiota, pero cada vez que dice algo, me mira con una expresión de orgullo en su rostro. Podía sentir como aumentaba mi enojo, hasta que finalmente exploté.
Sentí que mi mente se ponía completamente en blanco, y cuando volví a sí, unas cuantas horas ya habían pasado. También noté que el jefe de la familia ahora estaba arrodillado frente a mí, completamente desnudo.
El jefe de la familia de repente pasó a llamarme “Micchan” (alias) a “Mii-sama” (alias).
Debería saber mi nombre real, ¿por qué me estaba llamando por un alias de todos modos?
Se lo dije, y en ese momento comenzó a decirme: “Me disculpo humildemente, Ama.”
¿Exactamente cómo se supone que debo reaccionar cuando un hombre de mediana edad, quien no es solo mi jefe sino también mi padre adoptivo, comienza a llamarme Ama?
Esa noche, mientras dormíamos con nuestros futones alineados uno al lado de otro, escuché que comenzaba a hablar mientras dormía: “huuuu… hic… estoy tan solo, Juju-chan… déjame poner mi cabeza en tu regazo….”
A partir de eso deduje que su forma arcaica habitual de hablar era solo un acto.
Tenía que hacer algo rápido con este inútil… Supongo que, como las tareas de todos los días del Santuario son manejadas por una sacerdotisa como yo, y con Juju-sama haciendo la mayoría del trabajo real, el jefe la familia desarrolló un habito de pereza.
Aunque su hija Sasami-san había sido una persona muy seria y trabajadora.
¿No está feliz, Sasami-sama?
Feliz de haber salido más como su madre.
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Mes de **, Día ##, Cielo despejado, pero con la marea alta.
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Hoy fue mi cumpleaños.
El jefe de la familia me dio un collar. ¿Se supone que esto es un regalo de cumpleaños?
El nombre del jefe de la familia estaba grabado en el collar.
El jefe de la familia, completamente desnudo, comenzó a fingir que era un perro. Sentí como un sentimiento difícil de describir brotaba dentro de mi. Eso hizo que mi mente se pusiera completamente en blanco de nuevo, y cuando volví en sí, el jefe de la familia estaba…
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Juju-sama, Sasami-sama, no me importa cuál de las dos sea, ¿pero podrían regresar?
Micchan (alias) ya está en su límite.